Atención Centrada en la Persona: cuidar desde el respeto, la confianza y la colaboración
En la Residencia Virgen del Carmen entendemos el cuidado de las personas mayores como un acompañamiento integral, donde tan importante es atender las necesidades físicas como cuidar el bienestar emocional, la dignidad y la identidad de cada persona.
Por este motivo, nuestro trabajo diario se basa en el modelo de Atención Centrada en la Persona (ACP), un enfoque que reconoce a cada persona mayor como protagonista de su propia vida, incluso cuando necesita apoyos.
Este artículo tiene como objetivo explicar de forma clara qué significa la ACP, cómo se aplica en nuestro día a día y por qué la participación activa de las familias es esencial para seguir avanzando hacia un cuidado más humano, respetuoso y libre de sujeciones.
¿Qué es la Atención Centrada en la Persona?
La Atención Centrada en la Persona es una forma de cuidar que pone en el centro a la persona mayor, no a la enfermedad, la edad o las limitaciones. Parte de una idea muy sencilla pero profunda: cada persona es única y debe ser tratada como tal.
Este modelo se basa en valores fundamentales como:
- El respeto a la dignidad.
- La promoción de la autonomía, incluso en pequeños gestos cotidianos.
- El reconocimiento de la historia de vida, las preferencias y los valores personales.
- La importancia del bienestar emocional y de las relaciones significativas.
En la práctica, la ACP implica adaptar la atención a cada persona y no al revés. Supone escuchar activamente, observar, preguntar y ofrecer apoyos personalizados. Significa respetar ritmos, elecciones y formas de ser, favoreciendo que la persona mantenga el mayor control posible sobre su vida diaria.
En la Residencia Virgen del Carmen, la ACP se refleja en decisiones cotidianas: desde cómo se organiza el día, hasta la manera de acompañar momentos de mayor vulnerabilidad. Todo ello con un objetivo claro: que cada persona se sienta segura, respetada y valorada.
La Atención Centrada en la Persona en el día a día de la residencia
Aplicar la ACP no es una acción puntual, sino una forma de
trabajar continua. En nuestro día a día, este enfoque se traduce en:
- Conocer a la persona
más allá de sus necesidades básicas, teniendo en cuenta su biografía,
gustos, hábitos y relaciones importantes. - Fomentar la
participación activa en las decisiones cotidianas, siempre que sea
posible, respetando preferencias y elecciones. - Crear entornos
tranquilos y adaptados, que favorezcan la orientación, la seguridad y
el bienestar emocional. - Cuidar la comunicación,
tanto verbal como no verbal, transmitiendo calma, respeto y cercanía.
Todo el equipo profesional trabaja desde una mirada común,
entendiendo que cuidar no es solo hacer tareas, sino acompañar personas.
El papel fundamental de las familias
Las familias sois una parte esencial de la Atención Centrada
en la Persona. Vuestra presencia, conocimiento y experiencia aportan un valor
incalculable al cuidado.
Sois quienes mejor conocéis la historia de vida de la
persona: sus rutinas, sus miedos, aquello que le reconforta, sus aficiones y su
manera de relacionarse con el entorno. Esta información nos permite ofrecer una
atención más coherente, personalizada y respetuosa.
La colaboración con las familias se basa en:
- La comunicación abierta y bidireccional.
- El intercambio de
información relevante para el bienestar de la persona. - La construcción de
relaciones basadas en la confianza mutua. - El trabajo en equipo,
donde cada parte aporta su conocimiento y experiencia.
Cuando familia y profesionales caminamos en la misma
dirección, el cuidado se vuelve más humano y efectivo.
Atención libre de sujeciones y cómo las familias contribuyen a ello
Uno de los compromisos más importantes de la Residencia Virgen del Carmen es avanzar hacia una atención libre de sujeciones físicas y químicas, siempre priorizando la seguridad y el bienestar de la persona.
Las sujeciones no solo limitan el movimiento; también pueden afectar a la autoestima, la tranquilidad y la percepción de control sobre la propia vida. Por eso, desde la Atención Centrada en la Persona apostamos por alternativas basadas en la prevención, la adaptación del entorno y el conocimiento profundo de cada persona.
Las familias desempeñáis un papel clave en este proceso:
- Compartiendo cómo la persona afrontaba situaciones difíciles a lo largo de su vida.
- Ayudándonos a identificar qué le calma, qué le genera inquietud o qué necesita para sentirse segura.
- Participando en las decisiones desde el diálogo, el respeto y la confianza en el equipo profesional.
Este trabajo conjunto permite encontrar soluciones personalizadas que reduzcan la necesidad de medidas restrictivas y promuevan una atención más libre, respetuosa y centrada en la persona.









