Excelencia asistencial basada en la vocación y el compromiso
Como director de la Residencia de Personas Mayores Virgen del Carmen, en Murcia, estoy convencido de que la verdadera calidad de un centro geriátrico no se mide únicamente por sus instalaciones o recursos tecnológicos, sino por el valor humano y profesional de quienes cuidan, acompañan y atienden cada día a nuestros residentes.
En un sector en el que el bienestar, la seguridad y la calidad de vida dependen de múltiples factores, el valor diferencial lo marcan quienes hacen posible que nuestros mayores se sientan como en casa: el equipo humano, el verdadero corazón de nuestra residencia.
Un equipo vocacional que convierte la residencia en un hogar
Si algo nos diferencia en la Residencia de Personas Mayores Virgen del Carmen es el perfil vocacional de quienes cuidan de “nuestros mayores”.
Nuestro equipo humano es, sin duda, nuestro mayor valor: auxiliares, enfermeras, médicos, fisioterapeutas, terapeuta ocupacional, educadora social, trabajadoras sociales, psicóloga, personal de cocina, limpieza, mantenimiento, administración y recepción…
Cada uno de ellos aporta una pieza fundamental a este gran puzle que conforma el bienestar integral de los residentes.
Aquí no solo se realizan cuidados; aquí se acompaña, se escucha, se abraza, se tranquiliza y se comparte, y eso, según mi experiencia, no se aprende en un protocolo: nace de la vocación y del corazón.
Quiero poner en valor ese esfuerzo silencioso, ese dejar a un lado el “yo” para estar al pie del cañón, cubrir una necesidad urgente o dedicar unos minutos extra al residente que ha tenido un mal día o que simplemente necesita un poco más de cariño.
Muchos de nosotros, además, dejamos aparcados aspectos de nuestra vida personal cuando la situación lo requiere y nos llevamos a casa preocupaciones propias del compromiso emocional con nuestros mayores. Esta entrega, aunque no aparece en ninguna descripción de puesto, es la que realmente define nuestro modelo de atención.
Nuestros valores: el reflejo de nuestro trabajo diario
En la Residencia Virgen del Carmen, nuestra labor se sostiene sobre cinco pilares fundamentales que vertebran nuestra forma de ser y actuar:
- Transparencia: estamos a disposición de las familias en todo momento, explicando con claridad cada paso que damos.
- Honestidad: actuamos con integridad y coherencia, siempre pensando en lo mejor para cada persona mayor.
- Respeto: tratamos a cada residente con la consideración que merece su historia de vida.
- Dignidad: protegemos su autonomía, su identidad y sus derechos, incluso en los momentos más complejos.
- Cercanía: ofrecemos un trato humano, cálido y familiar, porque sabemos que nuestros mayores necesitan sentirse acompañados.
Estos valores no son una declaración corporativa: son estándares operativos que orientan nuestra relación con los residentes y sus familiares a la par que definen la manera en que trabajamos internamente como equipo.
Nuestra misión y visión: bienestar, profesionalidad y excelencia
Como director, entiendo nuestra misión como la búsqueda constante de la excelencia en los cuidados, priorizando siempre el respeto, la atención y el cariño hacia nuestros mayores. No se trata solo de cumplir protocolos, sino de ofrecer una atención humana, especializada y coherente con las necesidades individuales de cada residente.
Nuestra visión es convertirnos en un referente de calidad entre las residencias de mayores de Murcia, ofreciendo servicios asistenciales avanzados y anteponiendo el bienestar del residente en todas nuestras decisiones estratégicas y operativas.
Este compromiso se refleja en cada proceso, desde la planificación de actividades hasta la formación continua del personal.
En un sector en el que la calidad asistencial depende del equilibrio entre profesionalidad y humanidad, nuestro equipo demuestra a diario que es posible ofrecer ambos pilares sin renunciar a ninguno.
Agradecimiento a las familias: vuestra confianza es nuestro motor
Sé que dejar en manos de otros el cuidado de un padre, una madre o un abuelo no es una decisión fácil.
Por eso, quiero expresar mi más profunda gratitud a todas las familias que formáis parte de la Residencia Virgen del Carmen.
Gracias por vuestra confianza,
gracias por vuestra implicación,
gracias por vuestras visitas,
gracias por vuestro apoyo en los momentos complicados,
y gracias por comprender que trabajamos con personas y que, como humanos, a veces surgen situaciones inesperadas.
Vuestra colaboración y comunicación diaria nos ayudan a mejorar y a seguir creciendo como centro y como familia.
El trabajo real: humanidad, entrega y también imperfección
La atención a personas mayores implica una enorme responsabilidad emocional. Quien cuida a nuestros residentes siente, se preocupa, se alegra y, a veces, también se entristece.
Aunque siempre buscamos la excelencia, somos humanos, y los retos forman parte de este camino. Lo importante es que seguimos adelante con humildad, profesionalidad y una profunda vocación, aprendiendo cada día y manteniendo como guía un único propósito: el bienestar de nuestros mayores.
Eso es lo que nos hace diferentes.
Jose Miguel Marín Murcia, Director de la residencia Virgen del Carmen, Murcia.