IMPLANTACIÓN DE CUIDADOS PALEATIVOS EN RESIDENCIAS

LOS CUIDADOS PALEATIVOS

 

La residencia de mayores proporciona un ambiente adecuado para el cuidado a largo plazo en la atención de personas mayores, por lo general hasta su muerte. Según el Instituto Nacional de Estadística, en España el número de personas mayores que viven en residencias de ancianos se ha triplicado en los últimos 10 años. Durante todo este tiempo se ha demostrado la importancia que existe de aplicar cuidados paliativos en estos entornos, incluyendo la necesidad de mejorar el manejo de los síntomas y atender las necesidades psicosociales y espirituales.

En este sentido los centros gerontológicos suponen una oportunidad de desarrollo de los cuidados paliativos y pueden constituir una alternativa al cuidado a domicilio y la hospitalización en aquellos pacientes que así lo requieran.

La Organización Mundial de la Salud define los cuidados paliativos como “un enfoque que mejora la calidad de vida de los pacientes y sus familias que se enfrentan a los problemas asociados con la enfermedad que amenaza la vida, a través de la prevención y el alivio del sufrimiento por medio de la identificación temprana y la impecable evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas físicos, psicosociales y espirituales”.

En España, tanto la estrategia nacional de cuidados paliativos como el plan andaluz de cuidados paliativos señalan la necesidad de prestar mayor atención a las residencias de ancianos como proveedores de cuidados paliativos, aumentando la agilidad en la coordinación con otros servicios de salud y mejorando la formación entre profesionales.

En algunos países de la Unión Europea, como Inglaterra, existe una gran tradición en la implantación de cuidados paliativos, y existen herramientas como el Gold Standard Framework for Care Homes (GSFCH) que ha sido evaluada con buenos resultados en residencias de ancianos.

Sin embargo, en España, los cuidados paliativos se han desarrollado relativamente poco en comparación con otros países de nuestro entorno, por lo que no existen experiencias de la implementación de estos programas en nuestras residencias.

En la residencia Virgen del Carmen estamos implantando cada vez más los cuidados paliativos a los residentes que requieren de su servicio para que así tengan un final de vida digno, paliando el dolor y acompañándoles en todo momento, junto a su familia y trabajadores.

Inmaculada Marín, enfermera de la Residencia Virgen del Carmen.

NUNCA ES TARDE PARA APRENDER



Nunca es tarde para aprender

 

Aprender no tiene edad. Esta frase que hemos oído muchas veces cobra un significado especial cuando hablamos de las personas mayores que viven en residencias. La Educación Social juega un papel clave para que los mayores sigan creciendo, disfrutando y conectando con los demás a través del aprendizaje.

Así, aprender no sólo tiene que ver con los libros o los estudios reglados, tiene que ver también con descubrir cosas nuevas, resolver retos, compartir historias y disfrutar del proceso de hacer algo que no habías hecho antes.

De esta manera las personas nos sentimos útiles, capaces, y nos conectamos con el mundo y con la vida y cobra una mayor importancia en la etapa en la que se encuentran las personas mayores.

En la residencia Virgen del Carmen apostamos por un aprendizaje significativo, que tenga en cuenta las historias de vida, necesidades y preferencias de nuestros residentes, y que ofrezca también a nuestros mayores el acceso a contenidos, formas de vida, y experiencias nuevas que abran sus mentes a nuevas formas de ver el mundo y relacionarse con él.

La tipología de talleres que realizamos van desde actividades culturales donde poder aprender cuestiones relacionadas con la diversidad cultural (incluyendo nuevos conocimientos sobre regiones, países, lenguas, tradiciones, baile, arte)… Talleres musicales donde conectar con los diferentes estilos musicales a lo largo de la historia y alrededor del mundo, talleres de lectura donde enriquecerse del ámbito literario e intelectual, talleres de arte-terapia en los que aprender nuevas formas de crear y admirar el arte, talleres de escritura creativa a través de los cuales se promueve la imaginación y el uso del lenguaje, talleres de cocina donde seguir aprendiendo nuevas recetas y elaboraciones culinarias, debates sobre temas de actualidad y lectura de artículos periodísticos donde mantenerse actualizados sobre las noticias nacionales y mundiales…

Los beneficios de seguir aprendiendo durante la última etapa de la vida son entre otras:

  • La mejora del estado de ánimo, evitando la sensación de rutina.
  • La prevención del deterioro cognitivo.
  • El fomento de las relaciones sociales a través de actividades grupales lo que permite que los mayores se conozcan mejor y se creen amistades.
  • El aumento de la autoestima ya que cuando se aprende algo nuevo los mayores sienten que todavía pueden lograr cosas y se estimula su curiosidad.

Promover el aprendizaje en las residencias no es solo una forma de ocupar el tiempo, es ofrecerles a los mayores una vida más rica, digna y activa. En definitiva, aprender es vivir, y en residencias esta verdad se convierte en una fuente de energía, alegría y conexión para todas las personas mayores.

 ¡Nunca dejemos de aprender!

Fátima Gómez, educadora social Residencia Virgen del  Carmen.

UNA RESIDENCIA QUE VA MÁS ALLÁ

Virgen del Carmen más que una residencia

 

Tras toda una vida llena de experiencias y vivencias, nuestros mayores acuden a la Residencia Virgen del Carmen. Esto se convierte en un cambio significativo en la última etapa de sus vidas que, aunque también es maravillosa, les hace sentirse vulnerables y les aleja de la rutina e independencia. Por eso, durante su estancia en Virgen del Carmen, nos encargamos de que reciban toda la atención, cariño y amor que necesitan.

Con una atención especializada, personalizada y adaptada a cada residente (atención médica, cuidados asistenciales, apoyo emocional…) conseguimos que se sientan como en casa.

Ya que  nuestra Residencia Virgen del Carmen es más que una residencia convencional, es más que un lugar donde están atendidos, es un HOGAR.

Este sentimiento es el que se respira en cada rincón de nuestra residencia, un entorno donde prima la calidez humana.

Los profesionales que en ella trabajamos, con dedicación, empatía y respeto cuidamos a los residentes. Al mismo tiempo, ellos nos hacen partícipes de sus recuerdos y sabiduría. Resulta muy gratificante tratar cada día a día con ellos, nuestros mayores, ya que mutuamente nos hacemos sentir como parte de la misma familia.

El dogma de nuestro equipo es trabajar desde la vocación y nuestro ingrediente especial es el cariño, un aspecto que consideramos primordial para darles a nuestros residentes la atención y cuidados que necesitan y merecen, devolviéndoles todo lo que han dado a lo largo de sus vidas.

Un gesto amable, una palabra de ánimo, un impulso o aliento para seguir hacia delante, un momento de escucha o atención plena, muchos besos y abrazos marcan una gran diferencia en el estado de ánimo de nuestros residentes. Por eso, en Residencia Virgen del Carmen esta es nuestra filosofía de trabajo.

Mar García Luján, supervisora de Residencia Virgen del Carmen.

INGRESAR EN LA RESIDENCIA VIRGEN DEL CARMEN ES UNA EXPERIENCIA CERCANA Y PROFESIONAL

¿Cómo se realiza un ingreso en la residencia Virgen del Carmen?

 

El momento de ingresar a un ser querido en una residencia de mayores es, sin duda, una decisión cargada de emociones. En el Centro Virgen del Carmen, entendemos la importancia de este proceso tanto para el usuario como para sus familias, por lo que buscamos ofrecer un acompañamiento cercano, humano y profesional desde el primer contacto.

La primera visita: escuchar, entender y acompañar

Todo comienza con una visita inicial con la trabajadora social, quien desempeña un papel clave en este proceso. Durante esta reunión, su objetivo principal es conocer en profundidad las necesidades del futuro residente. Para ello, realice una valoración integral que incluya:

  • Estado de salud y necesidades físicas: Se evalúan las patologías presentes, el grado de autonomía, si requiere ayudas técnicas como una grúa para movilizaciones, si es incontinente o necesita una dieta especial, entre otros aspectos.
  • Historia personal y gustos: También se recoge un pequeño resumen sobre su vida, como su profesión, sus intereses y preferencias, para garantizar que su estancia sea lo más personalizada y cómoda posible.
  • Trámites en curso: Si la familia ha iniciado gestiones relacionadas con la Ley de Dependencia, este es el momento para abordarlo y aclarar cualquier duda.

Es un momento clave tanto para la familia como para el profesional. Es frecuente que los familiares lleguen con sentimientos encontrados: culpa, tristeza e incluso desesperación. Muchas veces, los hijos sienten que han agotado todos sus recursos para cuidar a su madre o padre en casa, pero se enfrentan a una situación insostenible.

El trabajador social no solo recopila información práctica, sino que también brinda apoyo emocional. Les ayuda a comprender que tomar esta decisión no significa abandonar a su ser querido, sino buscar su bienestar y calidad de vida en un entorno adecuado. Una residencia como el Centro Virgen del Carmen no es solo un lugar de cuidados, sino también un espacio donde los mayores se sienten entendidos, valorados y acompañados. Aquí pueden socializar con otras personas de su edad, lo que contribuye a mejorar su estado de ánimo y su calidad de vida.

Un ingreso bien planificado

Con toda la información recopilada, una vez que el ingreso se formaliza, la trabajadora social se encarga de trasladar esos datos al equipo multidisciplinar del centro. Este equipo utiliza dicha información para tomar decisiones clave sobre los cuidados del usuario.

Esta coordinación garantiza que cada persona reciba la atención que necesita desde el primer día, con un plan de cuidados adaptado a su situación.

Una decisión difícil, pero necesaria

Para muchas familias, el ingreso a una residencia puede ser una decisión llena de dudas. Sin embargo, en el Centro Virgen del Carmen trabajamos para que este proceso sea lo más sencillo y transparente posible, apoyando tanto a los mayores como a sus seres queridos en cada paso del camino. Aquí, entendemos que no solo se trata de cuidar, sino de ofrecer un hogar en el que nuestros residentes puedan sentirse bien consigo mismos y con quienes los rodean.

Al final, lo que la familia busca es lo mismo que nosotros: asegurar el bienestar, la dignidad y la felicidad de sus mayores. Y ese es nuestro compromiso.

 

LOS BENEFICIOS DE LOS PROBIÓTICOS EN EL ENVEJECIMIENTO.

 Beneficios de los probióticos en el envejecimiento 

Los probióticos o bacterias buenas son microorganismos vivos que en cantidades adecuadas pueden ofrecer beneficios para la salud. Éstos se encuentran naturalmente en alimentos fermentados y desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de un equilibrio saludable del microbiota intestinal. En los adultos mayores, los probióticos pueden ser especialmente beneficiosos, ya que el envejecimiento afecta tanto al microbiota intestinal como la función del sistema inmunológico y digestivo.

  1. Mejora de la salud digestiva y absorción de nutrientes

A medida que envejecemos, el sistema digestivo puede experimentar una serie de cambios; entre ellos, la digestión y absorción de nutrientes que se ve afectada, provocando trastornos digestivos como el estreñimiento, la diarrea y el síndrome del intestino irritable.

Los probióticos juegan un papel importante en el equilibrio del microbiota intestinal, lo que puede ayudar a mejorar la función digestiva y sus trastornos. Los probióticos ayudan a regular el tránsito intestinal y a prevenir el estreñimiento o deposiciones diarreicas asociadas al consumo de antibióticos y gran cantidad de medicamentos, restaurando el equilibrio bacteriano intestinal y reduciendo la incidencia de estos trastornos.

Además, con la edad, la capacidad para absorber ciertos nutrientes disminuye, lo que puede llevar a deficiencias nutricionales. Los probióticos pueden ayudar a mejorar la absorción de nutrientes esenciales, como vitaminas, minerales y antioxidantes, al equilibrar el microbiota intestinal. Esto es particularmente importante para los adultos mayores, ya que son más propensos a sufrir deficiencias nutricionales, como la falta de vitamina D o B12.

  1. Fortalecimiento del sistema inmunológico y reducción del riesgo de enfermedades crónicas

El sistema inmunológico tiende a volverse más débil con la edad, lo que aumenta la susceptibilidad a infecciones y enfermedades. El microbiota intestinal desempeña un papel crucial en la regulación del sistema inmunológico, por lo que la toma de probióticos puede contribuir al fortalecimiento de las defensas naturales del organismo, ayudando a prevenir infecciones gastrointestinales y respiratorias.

Además, ayudan a reducir la inflamación, un factor clave en el envejecimiento y en muchas enfermedades crónicas como enfermedades cardiovasculares, autoinmunes, DMII e HTA. Al regular la respuesta inflamatoria, los probióticos pueden tener un efecto positivo en el bienestar general de los adultos mayores, reduciendo la probabilidad de sufrir enfermedades asociadas a la inflamación crónica.

  1. Prevención de la pérdida de masa muscular

La pérdida de masa muscular o sarcopenia, es uno de los problemas más comunes en los adultos mayores y puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. Los probióticos son preventivos, ya que contribuyen a una mejor absorción de nutrientes esenciales para la salud muscular, como las proteínas y los aminoácidos. Además de reducir la inflamación muscular y mejorar la función muscular en las personas mayores.

  1. Mejora del bienestar mental y emocional

La relación entre el microbiota intestinal y la salud mental ha sido objeto de numerosos estudios en los últimos años. El intestino y el cerebro están estrechamente conectados a través del eje intestino-cerebro, lo que significa que los desequilibrios en el microbiota intestinal pueden influir en el estado de ánimo y las funciones cognitivas. En las personas mayores, los probióticos pueden tener efectos positivos en la salud mental, reduciendo los síntomas de depresión y ansiedad.

Conclusión

Los probióticos son una herramienta valiosa para mejorar la salud general de las personas mayores. No solo contribuyen a la mejora de la digestión y el sistema inmunológico, sino que también pueden tener beneficios para la salud mental, la prevención de enfermedades crónicas y el fortalecimiento muscular. Con el envejecimiento, el cuerpo experimenta una serie de cambios que afectan su capacidad para mantener un equilibrio saludable, y los probióticos pueden ser un complemento eficaz en este proceso.

PSICOGERIATRÍA

PSICOGERIATRÍA

 

El envejecimiento de la población es un hecho totalmente establecido en la sociedad contemporánea. Las patologías que conlleva el envejecimiento paulatino de la población están planteando múltiples retos sanitarios en el rango de edad de la población geriátrica. De hecho, las consultas de la mayor parte del sistema de sanidad pública y profesionales multidisciplinares del ámbito sanitario se componen por un gran número en crecimiento de personas mayores de 65 años.

En la residencia Virgen del Carmen nos preocupa está atención especializada hacia nuestros mayores, y por ellos les damos un servicio integral de la persona. Para nosotros es tan importante la atención de las necesidades físicas, como de las necesidades emocionales.

Para cubrir el bienestar emocional que se merecen nuestros residentes, basamos nuestro ámbito terapéutico en la Psicogeriatría. Este ámbito de la psicología se ocupa de la Salud Mental de las personas mayores en el amplio espectro que va desde el envejecimiento saludable desde el punto de vista psíquico a la prevención, diagnóstico y tratamiento de las patologías que afectan al tramo de edad con el que estamos comprometidos. Esta disciplina cubre un amplio rango de situaciones clínicas que incluyen entre otras el deterioro cognitivo y la demencia, trastornos afectivos, problemas de ansiedad, trastornos de personalidad, adicciones, psicosis y las derivadas de la comorbilidad médica.

Todas estas situaciones plantean continuos retos a nuestro clínico, que debe además conocer las especificidades de las diferentes modalidades de tratamiento a veces en situaciones complejas e incluso críticas. No obstante, nuestro psicólogo se preocupa por nuestros residentes desde el día uno, valorando el estado cognitivo y emocional, desarrollando un plan de atención individualizado y comprometido en el proceso de adaptación y convivencia en la residencia.

En conclusión, la residencia Virgen del Carmen se compromete al bienestar emocional de cada uno de los residentes, el desarrollo íntegro de las competencias cognitivas para un envejecimiento saludable y un abordaje multidisciplinar como base para la atención psicogeriátrica de calidad.

ENVEJECIMIENTO ACTIVO Y EL PAPEL DE ENFERMERÍA

Envejecimiento Activo y el Papel de Enfermería

 

En el año 2015, el Informe mundial de la OMS sobre el envejecimiento y la salud reflejaba la necesidad de transformar los sistemas de salud para pasar de los modelos curativos centrados en las enfermedades a una atención basada en el concepto de “Envejecimiento saludable”, entendido como el proceso de desarrollar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez, por medio del fomento y mantenimiento de la capacidad intrínseca (capacidades físicas y mentales), o permitir que alguien con una disminución de la capacidad funcional logre hacer las cosas que considere importantes.

En la residencia Virgen del Carmen el departamento de enfermería tiene un papel clave como educador, ya que fomenta la adopción de comportamientos saludables en distintas áreas: actividad física, alimentación, salud mental, ocio y relaciones sociales, así como en el control de la medicación y la vacunación.

También desde la coordinación de recursos sociosanitarios, los enfermeros pueden intervenir tanto en el ámbito de la atención comunitaria, principalmente a través de la visita domiciliaria, como en los centros residenciales y centros para mayores.

El éxito de los programas de envejecimiento activo requiere que los profesionales de la salud adopten una perspectiva del ciclo vital completo y tengan en cuenta la gran diversidad de la población mayor para impulsar la creación de nuevos sistemas de asistencia sanitaria y cuidados a largo plazo más acordes con sus necesidades y demandas.

TALLER DE COCINA

TALLER DE COCINA

Uno de los talleres que llevamos a cabo desde el departamento de Terapia Ocupacional en la residencia Virgen del Carmen es el taller de cocina, lo utilizamos como una herramienta terapéutica en la rehabilitación de personas con diversas condiciones físicas, cognitivas o emocionales. En terapia ocupacional, uno de nuestros objetivos es mejorar y/o mantener la capacidad de los residentes para realizar actividades cotidianas, y cocinar puede ser una de ellas, tanto por sus beneficios prácticos como por su valor simbólico. A través de la cocina se estimulan diversas capacidades, que analizando cada una de sus tareas y asignadas a cada uno para cada uno de nuestros residentes son una forma de potenciar diferentes habilidades y obtener una serie de beneficios como:

 

  1. Mejora de habilidades motoras: Las tareas de cortar, mezclar, amasar o manipular utensilios de cocina ayudan a mejorar la coordinación y la destreza motora fina y gruesa. Estas actividades también favorecen la mejora de la fuerza y el rango de movimiento.
  2. Estimulación cognitiva: Cocinar involucra varias funciones cognitivas, como la memoria (recordar recetas), la planificación (organizar los pasos de la receta) y la toma de decisiones (elegir ingredientes). También puede ayudar a mejorar la concentración y la resolución de problemas.
  3. Promoción de habilidades sensoriales: La cocina también puede ser utilizada para mejorar las percepciones sensoriales. Los pacientes pueden trabajar con diferentes texturas, olores, colores y sabores, lo que contribuye a la estimulación multisensorial.
  4. Reducción de la ansiedad y mejora del bienestar emocional: El acto de cocinar puede ser una actividad relajante y gratificante. Para muchas personas, la cocina es una forma de expresión creativa, lo que contribuye a mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés.
  5. Fomento de la socialización: Cocinar en grupo o compartir las actividades culinarias con otros puede promover la interacción social, lo que es especialmente útil en terapias grupales o en personas que requieren apoyo social.
  6. Educación nutricional y hábitos saludables: A través de la cocina, se puede enseñar a los pacientes sobre nutrición y hábitos alimenticios saludables, lo que tiene un impacto positivo en su salud a largo plazo.
  7. Desarrollo de la autonomía: Cocinar fomenta la independencia en la vida diaria. Aprender a preparar comidas sencillas permite a los pacientes recuperar autonomía y confianza en su capacidad para cuidar de sí mismos.

 

 

En resumen, la cocina en la terapia ocupacional no solo facilita la rehabilitación de habilidades físicas y cognitivas, sino que también tiene un profundo impacto en la calidad de vida y el bienestar emocional de los pacientes.

 

TRATAMIENTOS FARMACOLÓGICOS Y FISIOTERAPIA

TRATAMIENTOS FARMACOLÓGICOS Y FISIOTERAPIA

En la Residencia Virgen del Carmen sabemos que tanto el tratamiento farmacológico como la fisioterapia tienen un papel fundamental en la salud de la población geriátrica, y tenemos en cuenta cómo ambas terapias pueden interactuar y complementarse, especialmente cuando nos encontramos ante enfermedades crónicas y condiciones degenerativas.

Es frecuente que esta población presente comorbilidades que requieren una atención integral, por lo que se suelen emplear medicamentos para aliviar los síntomas y mejorar su calidad de vida. Sin embargo, el uso de ciertos fármacos puede producir efectos adversos, afectando a la capacidad de la persona para participar debidamente en la sesión de fisioterapia.

Por ejemplo, existen fármacos que se pueden considerar facilitadores, ya que, al reducir el dolor, la participación y el progreso en la rehabilitación se ven potenciados. Sin embargo, otros fármacos pueden causar somnolencia o confusión y suponer un riesgo durante las sesiones de fisioterapia. Por ello, trabajamos de forma multidisciplinar, lo que nos permite ajustar los tratamientos de los residentes para poder así adaptar cada una de las intervenciones.

Por otro lado, otro factor a tener en cuenta es la polifarmacia, muy común en la población geriátrica, que puede dificultar el adecuado cumplimiento del tratamiento farmacológico e influir a su vez en la rehabilitación. Por tanto, es esencial que todo el equipo trabaje en conjunto, tanto en la correcta gestión de la medicación como en la continua coordinación del personal con el fin de que el plan de tratamiento integral sea capaz de potenciar al máximo los beneficios de todas las terapias.

En conclusión, el tratamiento farmacológico influye de forma significativa sobre el tratamiento fisioterapéutico en la población geriátrica y la colaboración de los profesionales sanitarios puede mejorar la eficacia de ambos tratamientos, potenciando la calidad de vida de este grupo poblacional.

FRACTURAS DE CADERA

FRACTURAS DE CADERA

 

Las fracturas de cadera en al adulto mayor son un problema común debido a la fragilidad ósea y el riesgo de caídas asociado con la edad avanzada, teniendo la fisioterapia un papel esencial en la recuperación de este tipo de lesiones.

Estas fracturas pueden requerir o no cirugía, pero siempre contarán con un programa de rehabilitación posterior. En este programa de rehabilitación, desde el departamento de fisioterapia nos marcamos una serie de objetivos principales tales como restaurar la movilidad de la articulación y mejorar la calidad de vida del paciente.

En rehabilitación comenzamos en primer lugar con la realización de ejercicios pasivos y activos asistidos para la mejora del rango de movimiento tratando de no causar dolor o daño adicional. Además, empleamos técnicas como la movilización temprana con el fin de prevenir complicaciones como la trombosis venosa profunda.

Posteriormente, a medida que el paciente progresa en su recuperación introducimos ejercicios de fortalecimiento muscular de todo el miembro inferior, que se van incrementando en dificultad, requiriendo cada vez mayor esfuerzo. Esto es esencial para recuperar la estabilidad y la capacidad de caminar, que puede verse complementada con el uso de ayudas técnicas como andadores o bastones contribuyendo de esta forma a potenciar la independencia de la persona. En rehabilitación también abordamos la recuperación del equilibrio y la coordinación, lo cual a su vez resulta fundamental para reducir el miedo a la caída y el riesgo de futuras caídas.

En la Residencia Virgen del Carmen actuamos de manera temprana para poder reducir el tiempo de recuperación y mejorar los resultados del tratamiento, permitiendo al adulto mayor recuperar su independencia y reducir el riesgo de complicaciones a largo plazo.